25 novembro, 2009

Mi Quebranto.

¿Qué haces cuando te preguntan que qué tienes? ¿Detrás de qué árbol te guardas? ¿En dónde escondes las añoranzas? ¿Cuántas veces te quedas callada?

Su voz no ha querido hablar. Sus oídos no quieren escuchar. Se cobija con desesperanza. Y de preferencia no pregunten si es sólo por preguntar.

¿Qué se hace cuando te ven las manos atadas, te notan alicaído, con fuerzas mínimas hasta para caminar? ¿Qué le gritas al mundo hoy? ¿Vas a gritarle al mundo hoy?

No gritas, no te desatas, no levantas la cabeza, pasas de largo, arrastrando tus pasos y no vuelves atrás. Pero, una vez más insisto, no pregunten si es sólo por preguntar.

¿Qué importa si nada más se vive una vez? Ella sabe que es una verdadera estupidez, pretende salirse con la suya, dejar a un lado SU QUEBRANTO y espera impacientemente dejar el hábito de tratar de explicarse.

Y si tienen algo de consideración, les ha pedido por favor, que de preferencia no pregunten si es sólo por preguntar.




Pero si alguien quisiera... ella permitiría que le llenaran la casa de libros, ya saben, por aquello de reírse mucho mucho y que el cabello al fin se le enrede y para poder por fin, después de leerlos, hacer el amor.

These words I write keep me from total madness