Dime dónde conseguir las alas que me lleven lejos de ésta, mi realidad.
En qué lugar y a qué deshoras te diré que me intuyes en los árboles donde te sientas y que justo en el lugar en que tu piel y su corteza se rozan se parece tanto a mis caricias: así de fuertes, así tan naturales. Tantas veces decidiste no mirar atrás y ahora que he sido yo quien se fue, con un insaciable dejo de añoranza te recuestas en el pasto a rascarte las dudas que alguna vez intenté yo quitar.