21 maio, 2010

..

Bueno, sí.
Uno al final se va acostumbrando a ciertas ausencias.
No es que dejen de doler, escuchas comentarios
y presupones que el bienestar debe existir por ambas partes.

Entonces decides cerrar al fin el ciclo y sí. Seguir lanzando las piedras al aire
con el debido cuidado de no caer en tu cabeza.

El golpe puede ser mortal. :(

19 maio, 2010

buenas conversaciones

Las carambolas son una fruta muy particular, la partes y te sabe a estrella, cada rebanada es un sol singular. Tiene cinco picos y un poco aciditos son. Añádela a una infusión de calabazitas tiernas y obtendrás el remedio perfecto. Para esos males que nos aquejan, querido.

11 maio, 2010

NoTieneNombre

It hurts so bad
just like I knew that it would
but I'd do it again, I'd do it again if i could
.
-The Sounds.



Siempre se sentaba, en la misma calle, bajo el mismo árbol. Hojas distintas que caían, sol distinto que le quemaba, a veces nublado, a veces un rayo le daba directamente en la espalda, penetrándo-le hasta donde más le duele el alma.

Casi todos los días se le olvidaba por qué seguía viva. Hacer las cosas por rutina ya no resultaba placentero ni productivo. Tomar la misma ruta todos los días, escuchar Miss Sarajevo y saber que sí, para todo hay tiempos y momentos. Pensando que su tiempo aún no había llegado y sin saber si valía la pena esperar. Si es que lo valía. (Condicional).

Y claro, cómo omitir el hecho de que era inconstante, realmente inconstante. Y sí, sabía perfectamente, así como Soda lo sabe, que eso no es algo heroico, es enfermo. Tener que mirar(se) hacia atrás cada vez que sabía algo de él no era algo que disfrutara mucho. Era como atorarse en recuerdos vívidos de algo que quizá nunca sucedería. Era jugar con los tiempos, era atarse a un pasado y a un futuro que nunca suced(ió)/(ería). (Quiero decir que no sucedió y que, probablemente, no sucedería).

Bueno, así era esto de los desencuentros. A veces te tocan, a veces simplemente no. No se trataba de mera resignación, era cuestión de decidir, decidir y, como alguna vez alguien le había dicho, no mirar atrás. Era agarrarse a sí mismo, de las manos, de los recuerdos por crear, de los futuros enaltecidos que aún no acaecían pero que daban alguna extraña y etérea seguridad.

Y así, no le quedaba más nada que ella, sus canciones, sus libros, sus historias. Quizá un par de cigarros y una almohada. Optaría por aquellos juegos de antes, en los que no había ni bien ni mal, ni antes ni ahora y empacaría todo lo que necesita para emprender el viaje al futuro desconocido. Claro, en la maleta va a llevar algún recuerdo que tome prestado de su pasado.



These words I write keep me from total madness