Una vez bañado, prosiga con la vestimenta. Es indispensable que use ropa de su agrado, con la cual siéntase cómodo, así no tendrá ocasión de relacionar un malestar de vestido con un malestar del corazón.
Tómese un café, el café despertará su ánimo. Coma una dona de chocolate, el chocolate cubrirá por un instante cualquier destello de impulso carnal- Tenga cuidado con el abuso de éste pues, además de una indigestión, le causará una sensación de exaltación. Es necesario que uno mantenga el equilibrio hoy.
Puede salir de su casa ahora. Asegúrese de no olvidar nada, sería imprudente ocasionarse un enojo que no venga al caso. Sonría todo el trayecto, al contacto con sus conocidos muéstrese compuesto y tranquilo, diga que todo ha estado mejor y que es un día lindo.
De regreso a casa procure no escuchar canciones tristes, esto no lo hará sentir mejor. Tampoco canciones significativas. Escuche canciones que bailaría, cantaría y compartiría para animar a alguien. Anímese usted.
Cene ligero, use su pijama favorita y procure que huela bonito, a limpio. Piense que al fin terminó un día más. Relájese, acuéstese en la cama fresca, sienta las sábanas calentándose con su cuerpo y viceversa, disfrute ser uno con ese lugar. Cierre los ojos, ya no contenga el llanto, libere su lágrimas aprisionadas en las últimas dieciséis horas. Es posible que su llanto dure unos tres minutos (para un buen llanto, léase "Instrucciones Para Llorar" de Julio Cortázar).
Duerma. Al siguiente día repita esta rutina. No se aseguran resultados definitivos, pero podría ser que después de sonreír tanto, usted comience a creerse bien y , en determinado momento, con suerte, estará curado.
Su corazón habrá de reconstruirse.