22 fevereiro, 2010

Hoy.

Hoy hace un año inauguré mi blog. Realmente no tenía muchas expectativas. Escribí Café Para Noches Monocromáticas sin pensar que sería el comienzo de algo más constante. Sí, es cierto que a veces no escribo en mucho tiempo, más bien no publico en mucho tiempo, siempre me la paso escribiendo pero no todo me gusta. Y qué? Es normal, a todos nos pasa. A veces nos gusta, a veces no y ya. Qué se le va a hacer, gajes del oficio.

Lo que trato de decir es que es bueno poder escribir aquí, porque me releo y ahora pongo más atención, me doy cuenta de las cosas que fallé y también en las que acerté. Me releo y me gusta, porque noto que he progresado y aprendido mucho. Sé que puedo ser mejor, y no sólo en mi escritura (inmadura todavía), sino como persona, amiga , amante, hija, compañera. Todo todo puedo mejorar.

Hoy digo que las cosas duelen, el pasado siempre está, las cosas se pagan, el karma existe, y aun así creo que podría vivirlo todo de nuevo, aunque duela y llore, porque he crecido, porque aprendí y porque vale la pena. Aun cuando eso signifique perder oportunidades grandes y amores sinceros. Y también los no tan sinceros.

Sé que no estoy escribiendo como acostumbro escribir. Hoy me quito los tapujos y digo que amar es doloroso, que nunca complaces a nadie, que siempre te pesan las decisiones, que cada cosa que haga tendrá una repercusión, incluso más intensa que el acierto o el error. Hoy digo que trato de terminar de conocerme, de saber qué es bueno y qué está haciéndome daño. Trato de reconocer un atisbo de amor en mis acciones y sé que está ahí, aunque me duela hasta las pestañas o los codos.

Tiemblo cuando digo que amé, entregué todo y recibí un adiós, un reproche o una humillación; pero también tiemblo cuando me doy cuenta de las personas que he valorado y que, gracias a alguna fuerza que no depende de mí totalmente, se han mantenido constantes, quizá no puras pero sí constantes, con el seguro de que nada es seguro, más que lo uno quiero alcanzar y logra después de tantas caídas, dolores, golpes y despedidas.

Odiar no ha sido una solución para mí. Prefiero amar aunque me duela, decir que pude hacerlo, saber que pude amar, perdonar y con el tiempo dejar ir, no olvidar, jamás olvidar; es mejor dejar ir, acostumbrarte, recomenzar. Jamás resignar.

Hoy digo que todos perdemos personas, lugares, canciones, momentos; pero también ganamos el conocimiento de todo ello, y pues qué más queda. Uno mismo.

Hoy quiero aprender a no aferrarme, alejarme de lo enfermo e insano. Quiero ser y estar para mí. Despedirme y volver a comenzar. Hoy, hoy somos yo y mi presente.

Gracias.

2 comentários:

eliú disse...

justo publicaba un post que por titulo lleva "...hay golpes en la vida, tan fuertes, yo no sé..." y creo que tiene algo que ver con los aprendizajes que tenemos en el día a día con las consecuencias de buenas o malas decisiones...

este post fue diferente a los acostumbrados... interesante.

Morrison Annie disse...

me encanta como se puede ver tanto de nosotros en nuestras etapas de escritura
cuanto hemos crecido, cuanto hemos aprendido...
cuanto hemos sido...

These words I write keep me from total madness