Homenaje a un señor excepcional (dos años después).

En una semana será mi cumpleaños, exactamente el viernes tres de julio. Hoy estaba en el bautizo de mis sobrinas y recordando con uno de mis mejores amigos, nos dimos cuenta que hace cuatro años que nos conocemos, y han si años largos y no siempre bonitos, sin embargo nos dimos cuenta de que hemos crecido. Quizá él no pensó todo esto como yo, pero está a punto de terminar su carrera... y yo iba saliendo de la secundaria la primera vez que lo ví. Cuatro años en que cumplí 15 años y tuve la clásica fiesta, entré a la prepa, reprobe materias en la prepa, jugué basketball, conocí a algunos de mis mejores amigos, perdí a personas, agradecí estar viva, recordé mi infancia, conocí el amor, conocí el desamor, todas las aventuras del sexo, de los besos, de los novios, de la escuela, sin contar además, que mi familia se unió mucho en algunas ocasiones. Y en algún 28 de junio de hace dos años, perdí a Mi Señor Favorito.

El señor nació un 30 de julio de 1936, vivir hasta el año 2007, se aseguró casi 71 años de vida. Casi, porque no llegó, le faltó un escaso mes. Pero ese mes aquí pudo haber marcado una gran diferencia. No hablaré de los hubiera's porque creo que a él no le gustaría, pero sí puedo decir que con todo y todo que su muerte fue dolorosa, me alegro que haya sido rápido pues no sufrió ni nos vio sufrir a nosotros, a su familia. Él amaba a sus hij@s, más específicamente a mi madre, no sé por qué razón mi madre era su favorita. Platicaba mucho con ella y llegaban a entenderse de formas maravillosas, incluso mi madre acudía a él para encontrar consuelo y esperanza. Un día, sólo encontró recuerdos. No sé cómo puede uno consolarse con recuerdos.

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Hoy estoy aquí escribiéndote desde la comodidad de mi cama, me encuentro sentada a 10 minutos de tu cuerpo y tú estarás sentado a lado mío mientras desees permaneceer, mientras los recuerdos me aguanten y mientras pueda aferrarme a ti. No sé por qué, pero te me fuiste. A veces quisiera cerrar mis ojos y encontrarte tan vigente como eras hace tres años, cuando tu voz contestaba el teléfono y cuando tus risas vibraban en mis oídos. Si, ya sé que uno debe ser fuerte y sí, ya sé que el amor no se olvida. No estoy esperando que alguna religión venga a salvarme, sigo pensando que se puede creer en un Dios sin necesidad de justificar su existencia en alguna religión. Tú me lo enseñaste.

También sé que siempre hay alguien peor que uno, con más dolencias, con menos salud, con menos amor y más tristezas, pero eso no quita mi intuición de extrañarte, porque es un instinto que me hace sobrevivir, si yo no te extrañara... ¿cómo podría recordarme día a día las razones por las que he llegado hasta donde estoy? Me haces falta tú.

Te escribo hoy, porque hace dos años apretaste mi mano por última vez, te susurré al oído antes de marcharme que te quería mucho y que te quería bien. Te dije adiós sin pensar que sería la última vez que podrías escuchar mi voz. Te amé.

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Creo que Mi Señor Favorito merece ser recordado todos los días, pero más hoy, no sé por qué pero sí creo en los aniversarios, te sirven para recordar, me gustan las fechas, me gustan algunos números. Y compartiré el primer texto que alguna vez le dediqué a mi abuelo, hace poco más de un año, cuando ya no lo tenía. De hecho, fue de mis primeros textos en toda la vida. Merece estar aquí, sólo por ser para él, aunque esa cosa esté fea. Oh sí.

Esta noche, como todas las anteriores, Claudia no pudo evitar sentirse desperdiciada. Veía cómo el tiempo pasaba, al lado de la lámpara de luz desgastada, en una noche sin fin. Y esperando que esa sensación se fuera, cerró los ojos y echó a dormir.

Y entonces, viajó a donde nadie la conocía, donde sólo ella existía, al lugar en que aquel sonido ligero musicalizaba otra vez sus sueños. Donde podía seguir tomándolo de la mano, escuchando sus plegarias, conociendo todos sus defectos.

¿Quién lo iba a decir? Mientras miraba fugazmente hacia el espejo, ya no eran esos ojos los mismos de antes, esta vez algo ocultaban y esto la desgarraba tan fuerte que sus lágrimas no hicieron más que delatarla, mientras ella luchaba por recuperar su tan conocida fortaleza que con sigilo cuidaba.

Claudia se ha ido sumiendo en los recuerdos que pueden acercarla a él, aquellos recuerdos adquiridos resultan tan cercanos por sólo un instante, después cuando se ha dormido se le empiezan a escapar. ¿Dónde están?

Se han ido borrando todas las huellas de su presencia, sólo de la física; ahora Claudia ha endurecido su gesto y mientras continúa recordándole, sabe bien que ya no está. Ensimismada, alejada, mantiene la constante esperanza de que, en donde quiera que ella esté, no la abandonarás, y sabrá que cuando una estrella esté muy cerca podrá cerrar los ojos y encontrarte en su camino.

Aquí en la tierra, confiamos en que una vez más ella lo logrará.

Junio 5, 2008.

Bueno, pues... eso fue escrito hace más de un año, y está muy mal. De hecho traté de corregirle algunas cosas pero no ha sido fácil ya que la estructura es muy mala, pero hablo de mi mamy y de mi abuelo. Yo lo extraño todos los días, pero creo que debo hacer más por mi para reconocerlo en mis acciones.

Hoy necesitaba escribir eso, ya son las 12:04, oficialmente son dos años. No ma. Dos años y cuánto he cambiado. Ya sé que no soy la misma que hace dos años, pero sé que él estaría orgulloso de mí. Yo lo estoy.

Te requeteextraño. Y te RE quiero, de querer y requerir. Por siempre. (: